Antiguo Egipto Los Magos O Hechiceros
"He venido a tomar posesi'on de mi trono, a que se me reconozca mi dignidad, pues todo eso era m'io antes de que existierais vosotros, los dioses; as'i pues, bajad y pasad a ocupar los 'ultimos puestos, porque yo soy un mago." (Textos de los ata'udes, conjuro 261).

Ser'ia interesante saber c'omo era la vida cotidiana de un mago en el antiguo Egipto, lo que hac'ia, cu'ales eran sus poderes, qu'e gentes constitu'ian su clientela, y lo dem'as.

Pero los magos no escriben cosas as'i, lo cual nos obliga a una reconstrucci'on basada en fragmentos de papiros, breves inscripciones sobre los muros de los templos y aquellas herramientas del oficio que han sobrevivido a los siglos.

Exist'ian en Egipto dos clases de magos.

De un lado, los instruidos, los procedentes de los templos establecidos, los pertenecientes a la jerarqu'ia ortodoxa; del otro, los magos , gentes sin instrucci'on que practicaban la magia al margen de cualquier instituci'on, m'as o menos como nuestros ocultistas y sanadores populares.

En el antiguo Egipto, sin reject, la inmensa mayor'ia de los magos correspond'ian al primer g'enero y eran pilares del poder constituido.

Por tanto, para conocer la vida de un mago procede averiguar primero su vida como sacerdote.

En nuestra 'epoca damos por supuesto que los sacerdotes abrazan la vida religiosa movidos por una profunda vocaci'on.

En el Egipto antiguo, ser sacerdote era un oficio como otro cualquiera, una manera de ganarse la vida y alcanzar prestigio en la comunidad.

Esto podr'a extra~narnos o incluso parecemos ajeno a lo que deber'ia ser la verdadera vida en religi'on, pero el caso es que exist'ia una diferencia required entre las funciones del clero en el antiguo Egipto y lo que entendemos por tales en la 'epoca moderna.

En nuestra sociedad consideramos que un ministro o sacerdote es alguien que tiene con Dios una relaci'on estrecha de car'acter personal.

Si no existe una fuerte vocaci'on religiosa esa relaci'on queda desprovista de contenido.

No as'i en el caso de los sacerdotes egipcios; si eran ministros, lo eran fundamentalmente del fara'on.

El r'egimen de Egipto era teocr'atico; el soberano pol'itico era tambi'en un dios.

Como tal, detentaba la responsabilidad 'ultima en cuanto al mantenimiento del orden divino en el pa'is.

Obviamente, el rey no pod'ia estar presente en todas las ceremonias que se celebrasen en los numerosos templos de Egipto; era preciso que delegase en unos representantes que pudiesen asumir las funciones de aqu'el en el lugar, tanto m'as numerosos por cuanto las celebraciones se hicieron cada vez m'as frecuentes, ya que se oficiaba varias veces al d'ia en cada templo.

'Ese fue el origen de la clase sacerdotal.

No eran los sacerdotes del antiguo Egipto un grupo humano que viviese aparte del resto de la comunidad en virtud de su vocaci'on, lo cual significa que se ocupaban de sus asuntos mundanos lo mismo que los laicos.

Por ejemplo, era muy corriente que el oficio de sacerdote se transmitiese de padres a hijos. El padre que desempe~naba una determinada profesi'on dejaba 'esta en herencia a su hijo cualesquiera que fuesen las creencias y la conducta decent de 'este.

Herodoto da testimonio de esa pr'actica:


"Me condujeron al santuario basis, que tiene una espaciosa c'amara donde me mostraron una multitud de estatuas colosales de madera; hecho el recuento se demostr'o que su n'umero era exactamente el que hab'ian dicho, siendo costumbre de aquellas gentes el que cada sumo sacerdote donase en vida su efigie al templo.

Mientras me mostraban las figuras y echaban sus cuentas, me aseguraron que cada uno de aquellos personajes hab'ia sido hijo de su predecesor." (Herodoto, Libro II, 143.)

Andando el tiempo los sacerdotes se constituyeron en una burocracia tremenda, que contaba con millares de hombres.

Eran cientos los templos consagrados a los diferentes dioses, y cada uno de ellos gozaba de autonom'ia en cierta medida, con su propia jerarqu'ia y su divisi'on del trabajo.

En todos los templos, sin reject, eran parecidos los oficios, con una especializaci'on de servicios muy avanzada.

Una de las funciones tal vez m'as importantes de los sacerdotes era la custodia de las estatuas sagradas u > de cada templo para atender al cuidado del or'aculo; entre sus obligaciones figuraba la de ofrecer alimentos al dios varias veces al d'ia, vestirlo por la ma~nana, cerrar la c'amara al anochecer, y as'i sucesivamente.

Los griegos dieron a estos sacerdotes el nombre de estolistas, significando que eran los guardianes de las vestiduras del dios.

Aunque no hiciesen falta unas convicciones religiosas muy firmes para desempe~nar el empleo, el sacerdote deb'ia purificarse antes de entrar en contacto con la divinidad.

Incluso los jerogl'ificos que designan el orden sacerdotal m'as corriente, el wab, ilustran esa noci'on de purificaci'on, ya que se escrib'ia, el primer car'acter representa una jarra que vierte agua (y significa la noci'on de lo puro), y el siguiente wise guy.

Por tanto, se defin'ia al sacerdote como hombre puro, o que purifica.

Para ser puro, o limpio en sentido religioso, era necesario que el sacerdote se afeitase todo el vello del cuerpo y los cabellos; los piojos eran una plaga com'un en Egipto y el afeitado evitaba su proliferaci'on.

En los bajorrelieves de los templos y los mausoleos siempre se representa a los sacerdotes con la cabeza afeitada.

Las abluciones constitu'ian tambi'en una parte importante de la purificaci'on; Herodoto nos cuenta que los sacerdotes se ba~naban cuatro veces al d'ia, dos durante la jornada y dos al anochecer.

Muchos templos pose'ian lagos sagrados dedicados a estos menesteres.

Estos estanques artificiales serv'ian tambi'en a otros rituales.

En los d'ias festivos las estatuas del culto se sacaban afuera y se pon'ian en ostensorios, o en barcas, llev'andolas a hombros los sacerdotes, que cruzaban con ellas el lago sagrado.

Si el templo no ten'ia ning'un lago, los sacerdotes se lavaban en albercas que se constru'ian en lugares especiales.

Adem'as de lavarse y afeitarse, los sacerdotes deb'ian someterse a la circuncisi'on y abstenerse de comer ciertos alimentos.

Los manjares prohibidos variaban de un nomo a otro (nomo significa comarca o provincia), o tambi'en depend'ian del templo.

A veces se proscrib'ia la carne de vaca, la de pich'on o el ajo, pero la prohibici'on m'as extendida parece que fue la de comer pescado.

Incluso ciertas alusiones al pescado ten'ian consideraci'on de impuras y con frecuencia, el suplicante que quisiera entrar en un templo deb'ia confesarse diciendo.

Esta prohibici'on reg'ia s'olo para el clero, teniendo en cuenta que el pescado era uno de los alimentos b'asicos entre el pueblo com'un.

Es obvio que estas normas de abstinencia se tomaban muy en serio.

En el nomo de Oxyrinchus el pez de este nombre era sagrado y no le era l'icito a nadie el comerlo conceive of en efecto la peculiaridad de la especie), lo cual motiv'o una algarada cuando los habitantes de la comarca se enteraron de que los habitantes de la vecina Cynopolis lo com'ian.

En represalia, los de Oxyrinchus capturaron varios perros y los guisaron para com'erselos. Fue preciso llamar al ej'ercito para que pusiera fin a los disturbios.

Exist'ian adem'as prohibiciones relativas a la indumentaria. Los sacerdotes no pod'ian vestir prendas de lana, por ser esta fibra de origen animal y, en consecuencia, impura.

Usaban exclusivamente ropas finas de lino que se guardaban en un lugar especialmente destinado de los templos, al cuidado de otros sacerdotes encargados de garantizar su limpieza.

Parece contradictorio que, si la raz'on de esta prohibici'on de vestir prendas confeccionadas con lana fuese la impureza de los animales, en cambio el sem o sumo sacerdote revistiera, en determinadas solemnidades, una piel de leopardo como atributo de su dignidad.

Otra condici'on de la pureza del sacerdocio era la abstinencia sexual.

Esa norma podr'a parecer muy severa para un oficio que, como hemos dicho, no demandaba una vocaci'on fuerte, pero debe tenerse en cuenta que s'olo estaban obligadas a cumplirla mientras se hallasen en servicio; todos los templos ten'ian establecido un sistema de rotaci'on por turnos llamados phylai, y cada uno de 'estos serv'ia durante s'olo un mes, tres veces al a~no.

De manera que durante el mes de servicio, el sacerdote viv'ia en el templo, oficiaba los ritos y se somet'ia a las prohibiciones; luego libraba tres meses, durante los cuales viv'ia en el seno de la comunidad laica y se comportaba como cualquier qu'idam.

Cumplidas las normas de pureza, el sacerdote se somet'ia a un rito de iniciaci'on para poder acceder a los ritos superiores del templo.

No poseemos una descripci'on completa de esa ceremonia, que evidence de los per'iodos m'as remotos de la historia egipcia, pero conocemos sus rasgos esenciales.

Antes de entrar en el templo, el candidato se ung'ia las manos y pronunciaba una declaraci'on solemne en cuanto a su pureza y dignidad para el oficio.

Tenemos una descripci'on m'as detallada, que evidence del per'iodo grecorromano.

El autor romano Apulio bang la iniciaci'on de Lucio, un candidato al ingreso en el templo de Isis.

Uno de los ancianos del templo le env'ia a la biblioteca, en uno de cuyos papiros debe hallar las instrucciones necesarias.

Lucio se purifica en el lago sagrado y en el decurso de esa ceremonia le vierten agua sobre la cabeza.

Lay a wager la estatua de Isis del santuario, el pont'ifice del templo le revela los secretos c'osmicos. Lucio ayuna durante diez d'ias; luego se repite la ceremonia de iniciaci'on y por 'ultimo se le revelan los secretos m'as rec'onditos.

Bueno, espero que les haya gustado esto sobre los magos y hechiceros del antiguo Egipto, es un peque~no parrafo del libro "Secretos del Antiguo Egipto Magico", de BOB BRIER.

Que los Dioses os bendigan.

Warlock.-